Verónica Obregón
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Estación Experimental Agropecuaria Bella Vista; Argentina
Resumen
En la provincia de Corrientes se encuentra la actividad hortícola más importante del NEA, donde predominan las hortalizas protegidas principalmente tomate y pimiento. Se cultiva desde febrero hasta diciembre, este ciclo tan largo sumado el uso intensivo del suelo con un monocultivo en invernadero incrementa la población de patógenos de suelo provocando pérdidas de plantas. La solarización surge por el interés de la eliminación del bromuro de metilo que agota el ozono de la atmósfera (Pinkerton et al., 2000, 2002, Chauhan et al., 1998; Stapleton, 1997; Banu et al., 1998; 2001, Katan et al., 1976), y además es una herramienta de bajo impacto ambiental que se ajusta perfectamente al manejo integrado de plagas y enfermedades. Esta técnica ha sido desarrollada en Corrientes por el INTA B. Vista y fue adoptada por los agricultores casi en su totalidad. Dentro de los patógenos de suelo importantes que afectan los cultivos hortícolas se encuentra el Damping-off (complejo de hongos) cuyo daño es el marchitamiento y muerte de plantas al inicio del cultivo y el Marchitamiento bacteriano del tomate (Ralstonia solanacearum) una bacteria sistémica que ingresa por raíz desde un suelo contaminado y puede presentarse en cualquier momento del ciclo del cultivo. Durante muchos años se realizaron distintas experiencias para evaluar la eficacia de la solarización frente a patógenos de suelo.
El primer ensayo tuvo como objetivo disminuir el inoculo inicial de R. solanacearum a través de distintas variantes de la solarización: a manto total (T1), en el lomo (T2) y atmósfera confinada (invernadero cerrado sin cubierta plástica en el suelo) (T3) y un testigo fuera del invernadero al aire libre (T4). La experiencia consistió en colocar una suspensión bacteriana en concentración (5 X108) en tubos eppendorf enterrados a 20, 40 y 70 cm. en cada tratamiento y se identificaron y cuantificaron colonias en laboratorio por la técnica de dilución en cajas en medio de cultivo Kelman con TZC a los 15, 30 y 45 días de solarización. El T4 difirió significativamente del resto de los tratamientos (según duncan α = 0.05) a 20, 40 y 70 cm. no así T1, T2 y T3 a ninguna de las profundidades ensayadas. En las condiciones del ensayo no se recuperó Ralstonia solanacearum de los suelos solarizados a manto total, en lomos y atmósfera confinada del perfil evaluado por la acción de las temperaturas durante la solarización.
En el segundo ensayo se evaluó la eficacia térmica para el control de Pythium aphanidermatum, Rhizoctonia solani, Sclerotinia sclerotiorum (micelio y esclerocios). Los tratamientos de suelo fueron: solarización a manto total (T1), solarización en lomos (T2), y atmósfera confinada (T3). Los patógenos se repicaron en agar papa glucosado (APG), y se mantuvieron en estufa a ± 27ºC hasta completar la caja de Petri. Luego se cortaron discos de agar con el hongo colocándolos en tubos eppendorf. Los tubos se enterraron a 20, 40 y 70 cm de profundidad en cada tratamiento durante 15, 30 y 45 días. Al finalizar cada período se extrajeron los tubos y se determinó la viabilidad sembrando los discos del respectivo hongo en APG. Se observaron diferencias altamente significativas entre P. aphanidermatum quien sobrevivió en atmosfera confinada a 70 cm hasta 15 días respecto a los hongos R. solani y S. sclerotiorum que fueron controlados por la acción térmica en los tres tratamientos, profundidades y tiempo de permanencia.
A través de estas experiencias queda demostrado que la biosolarización es una herramienta eficaz para el manejo de las enfermedades de suelo en cultivos protegidos, por un lado, se logra disminuir la población de bacterias y hongos fitopatógenos por un tiempo prolongado, pero aún queda por estudiar los fenómenos físicos, químicos y microbiológicos que suceden en el suelo utilizando esta técnica.
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